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El vínculo invisible: Cómo medir la cohesión de tu equipo a través de la atracción interpersonal


Equipo de profesionales sonriendo y colaborando, ilustrando el concepto de cómo medir la cohesión de equipo a través de la atracción interpersonal.Equipo de profesionales sonriendo y colaborando, ilustrando el concepto de cómo medir la cohesión de equipo a través de la atracción interpersonal.

¿Qué convierte a un simple grupo de individuos en un equipo de alto rendimiento? ¿Por qué algunas colaboraciones fluyen con una energía casi mágica mientras que otras se sienten como un constante esfuerzo cuesta arriba? La respuesta a menudo reside en un concepto intangible: la cohesión de grupo. Es el pegamento social, la fuerza invisible que une a los miembros, motivándolos a permanecer juntos y a trabajar en pro de un objetivo común.


La cohesión no es simplemente "llevarse bien". Es, como la definieron pioneros en el campo de la dinámica de grupos como Leon Festinger, "la resultante de todas las fuerzas que actúan sobre los miembros para que permanezcan en el grupo". Estas fuerzas pueden ser el prestigio del equipo, la importancia de la tarea o el simple hecho de disfrutar de la compañía de los colegas.


Comprender y medir esta cohesión es el primer paso para cualquier líder que aspire a construir un equipo verdaderamente unificado y eficaz.


Existen diversas metodologías para diagnosticar la salud social de un equipo (en nuestro taller Team Mastery exploramos 5 de ellas) desde evaluar la identificación con la misión del grupo hasta preguntar directamente por el deseo de permanecer en él. Sin embargo, en este artículo nos sumergiremos en el enfoque más elemental y quizás más intuitivo de todos: medir la cohesión a través de la atracción interpersonal entre los miembros.


La cohesión como red de afecto: Midiendo la atracción mutua


La idea central de este enfoque es simple y poderosa: un grupo es cohesivo si sus miembros se gustan, se respetan y disfrutan de su mutua compañía. Cuando los lazos de amistad y aprecio son fuertes, el grupo desarrolla una resiliencia natural que le permite soportar la presión, resolver conflictos y celebrar los éxitos de manera conjunta. La atracción interpersonal funciona como el cimiento sobre el cual se construye la confianza y la colaboración.


Pero, ¿Cómo se puede medir algo tan subjetivo como el "agrado"? Los psicólogos sociales desarrollaron herramientas ingeniosas para cuantificar estas relaciones, siendo la más destacada la sociometría.


El método sociométrico para medir la cohesión del equipo



Desarrollada por el psiquiatra Jacob L. Moreno, la sociometría es una metodología que permite analizar la estructura de las relaciones sociales dentro de un grupo. En su forma más clásica, utiliza una técnica conocida como el "índice de amistad" o la elección sociométrica.


El proceso es relativamente sencillo. De forma confidencial, se le pide a cada miembro del equipo que responda a una o varias preguntas clave, como:



  • "¿Con qué tres personas de este equipo prefieres trabajar en un proyecto complejo?"

  • "¿A quiénes elegirías para compartir una actividad social fuera del trabajo?"

  • "Si tuvieras que pedir consejo sobre un desafío laboral, ¿a quién acudirías primero?"


Las respuestas a estas preguntas no son un simple sondeo de popularidad; son datos valiosos que, una vez agregados, revelan la arquitectura oculta de las relaciones del grupo. Los resultados se suelen visualizar en un sociograma, un mapa que muestra a los individuos como puntos (nodos) y sus elecciones como flechas (vectores).


Este mapa social permite identificar patrones cruciales:


  • Estrellas o Miembros Populares: Individuos que reciben una gran cantidad de elecciones. A menudo son líderes informales, conectores o personas de gran influencia social.

  • Aislados: Personas que no reciben ninguna elección. Suelen ser miembros en riesgo de desconexión, desmotivación o abandono del grupo. Identificarlos es vital para poder integrarlos.

  • Pares Mutuos: Dos personas que se eligen recíprocamente. Estos son los ladrillos fundamentales de la cohesión, indicando un vínculo fuerte y estable. Un equipo con muchas elecciones mutuas tiene una base social sólida.

  • Cadenas y Círculos (Cliques): Subgrupos donde las elecciones forman una estructura cerrada. Si bien es natural que se formen grupos más pequeños, un exceso de cliques cerrados puede fragmentar al equipo y crear dinámicas de "nosotros contra ellos".


La densidad de estas conexiones, especialmente de los pares mutuos, se convierte en un indicador cuantitativo de la cohesión general. Un grupo donde las flechas de elección están distribuidas de manera amplia y recíproca es, por definición, un grupo con una alta atracción interpersonal y, por lo tanto, una alta cohesión social.


Un caso clásico: El estudio del Westgate Housing Project


Desarrollo de equipos de alto desempeño

Para entender el poder predictivo de este método, basta con mirar el célebre estudio realizado por Festinger, Schachter y Back en 1950 en una comunidad de viviendas para estudiantes del MIT. Los investigadores querían ver cómo la disposición física de los apartamentos influía en la formación de amistades y normas sociales.


Utilizando métodos sociométricos, pidieron a los residentes que nombraran a sus amigos más cercanos dentro del complejo. Descubrieron, como era de esperar, que la proximidad física era un factor clave: las personas tendían a ser amigas de sus vecinos más cercanos. Pero el hallazgo más relevante para la cohesión fue otro: los edificios que funcionaban como grupos sociales (por ejemplo, una residencia) y que tenían un mayor porcentaje de amistades internas también mostraban una mayor uniformidad en sus opiniones y actitudes sobre temas relevantes para la comunidad.


En otras palabras, la cohesión, medida como la densidad de lazos de amistad internos, predecía directamente el nivel de conformidad y la fuerza de las normas del grupo. Un "índice de amistad" alto no solo significaba que la gente se caía bien, sino que también actuaba como un grupo unificado.


Los investigadores incluso refinaron su índice para hacerlo más preciso, ajustándolo por la probabilidad de elegir a alguien dentro del mismo edificio, lo que fortaleció aún más la correlación encontrada. Este estudio clásico demostró que medir la atracción interpersonal no era un mero ejercicio académico, sino una forma válida de predecir el comportamiento colectivo.


Ventajas y limitaciones de medir de esta manera la cohesión del equipo


Como cualquier método, centrarse en la atracción interpersonal para medir la cohesión del equipo, tiene sus fortalezas y debilidades.


Puntos Fuertes:


  • Es Intuitivo y Directo: La conexión entre el afecto mutuo y la unidad del equipo es fácil de entender para todos.

  • Genera Datos Accionables: Un sociograma es una herramienta de diagnóstico inmediata. Permite a los líderes ver quién necesita ser integrado, qué puentes relacionales deben construirse y dónde pueden estar gestándose conflictos entre subgrupos.

  • Alto Poder Predictivo: Como demostró el estudio de Festinger, la cohesión social está fuertemente ligada a la cooperación, la conformidad y la satisfacción general de los miembros.


Puntos Débiles:


  • Riesgo de Simplificación Excesiva: La cohesión es más que solo amistad. Un equipo de cirujanos o ingenieros de élite puede no estar compuesto por los mejores amigos, pero su cohesión puede ser altísima debido al respeto mutuo por sus habilidades y a una devoción compartida por la excelencia en su tarea. Este enfoque mide principalmente la cohesión social, pudiendo dejar de lado la cohesión de tarea.

  • No Explica el "Porqué": El sociograma muestra el "qué" (quién está conectado con quién), pero no siempre el "porqué" de esas conexiones. Las razones pueden ir desde una amistad genuina hasta una alianza estratégica o simple conveniencia.

  • Puede Generar Incomodidad: Si no se administra con absoluta confidencialidad y tacto, el proceso de elección puede sentirse como un concurso de popularidad, generando ansiedad en los participantes.


A pesar de sus limitaciones, analizar la red de atracción interpersonal sigue siendo un pilar para entender la salud de un equipo. Proporciona una radiografía clara y honesta del tejido social que sustenta (o debilita) el rendimiento colectivo. Es el punto de partida para cualquier intervención que busque fortalecer los lazos humanos que, en última instancia, impulsan los resultados extraordinarios.


Entender la dinámica de tu equipo es el primer paso para transformarlo. Medir la atracción y visualizar las conexiones te da el mapa; el siguiente paso es aprender a navegarlo.

Si quieres conocer más métodos para medir la cohesión, participa de nuestro taller Team Mastery.



 
 
 

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