Una canción en MP3 pesa hoy 15 veces más que la capacidad de memoria que tenía la primera Macintosh en 1984. Eso significa que la capacidad tecnológica de almacenar, transmitir y facilitar el acceso a la información tuvo un crecimiento exponencial en estas tres últimas décadas. El impacto es evidente. La imponente revolución tecnológica ha tocado cada aspecto de nuestras vidas y de la actividad empresarial. Sin embargo, el management en las empresas no necesariamente fue a la par y es necesaria una evolución desde los fundamentos.
Inteligencia artificial, robótica, internet de las cosas, vehículos autónomos, impresión 3D, nanotecnología, son solo algunas de las nuevas tecnologías que en muchos casos dejarán obsoletas las competencias con las que hoy hacemos empresa.
Desde que Klaus Schwab acuñó el concepto Cuarta Revolución Industrial el mundo se puso de cabeza repensando muchas de las instituciones que serán afectadas por esta nueva revolución.
La empresa es una de ellas. De pronto surgieron preguntas que estaban en el cajón de los asuntos secundarios:
¿Está su organización lista para la innovación?
¿Los principios corporativos son apropiados para innovar?
¿Qué tipo de management y equipos se necesita para seguir generando valor?
Grandes pensadores como Peter Drucker, Peter Senge, Charles Koch, Tom Peters han tratado este tema. Todos coinciden en que viene una revolución en el trabajo y para afrontarla no bastan las fórmulas de la vieja escuela. Es necesario repensar conceptos como mercado, economía, empresa, globalización, estrategia y el management. Las prácticas gerenciales tradicionales cumplieron su ciclo y lo que viene es un management más conectado con la complejidad dinámica del mercado.
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