Términos como Big Data, Internet de las cosas, Blockchain, Computación Cuántica, etc. abundan en la literatura y revistas especializadas. A pesar que muchas veces no logramos captar aún el impacto real en nuestras actividades diarias, poco a poco se adhieren en nuestras conversaciones y en nuestras idea de futuro. Con Big Data nos sucede eso. Sobre todo en áreas que parecen lejanas. El lenguaje suena a un tema para el responsable de informática. No se equivoque, el Big Data nos interesa a quienes acompañamos el desarrollo organizacional también.
Un estudio de la Revista Science dice que "la tecnología digital domina claramente sobre la analógica puesto que desde el 2007, el 99,9% de la información generada era en formato digital, o al contrario, que sólo el 0,007% de la información del planeta está en papel". Lo cual nos lleva a la pregunta ¿Cuánta información procesa el mundo hoy?
Según IA-Latam (Comunidad de inteligencia artificial para Latinoamérica) se espera que todo el universo digital alcance los 44 zettabytes para 2020. Para tener una idea más clara esta organización nos ofrece varios datos adicionales sobre la información hoy:
Se envían 500 millones de tweets.
Se envían 294 mil millones de correos electrónicos.
Se crean 4 petabytes de datos en facebook.
Se crean 4 terabytes de datos de cada automóvil conectado.
65 mil millones de mensajes son enviados en WhatsApp.
Se hacen 5 billones de búsquedas.
¡Por día!
Para 2025, se estima que se crearán 463 exabytes de datos cada día en todo el mundo, ¡eso es el equivalente a 212,765,957 DVD por día!. Ese es el mundo que nos espera. Aquí emerge la próxima pregunta ¿Qué efectos tendrá esto sobre nuestras vidas? Todo lo que hoy nos rodea es fruto de un proceso de transformación de la información disponible en soluciones a través de la creatividad de los seres humanos. Desde el lápiz hasta el computador con el que escribo este artículo. Más información, a menor costo y con mayor intensidad solo puede significar una cosa: cambios e innovación acelerada.
Big Data es la gestión y gobierno de estas cantidades abrumadoras de datos. Es decir, sistemas y especialistas que permiten extraer valor del caos informativo.
¿Qué efecto tiene sobre el área de gestión de talento humano? Es claro que la analítica que se hace ya dentro de las organizaciones para mejorar los subsistemas del área, son mucho menos complejos de gestionar que la magnitud de información a la que referimos en este artículo. Esa información interna puede enriquecerse con Big Data para hacer, por ejemplo, Benchmarking en las industrias en las que operan las diferentes organizaciones. Es decir, obtener datos de la industria y mejorar sistemas de incentivos, brechas salariales, incluso indicadores de competitividad.
Los subsistemas del área pueden contar con información mucho más detallada para mejorar los perfiles de los candidatos. Recuerde que la información que las personas proveen a través de las redes sociales puede ser combinada con información de fuentes estatales, académicas, etc. En efecto, existe ya una nueva disciplina que promete enriquecer la calidad de la información para toma de decisiones del área, Workforce Science.
Pero el cambio más importante es sin duda la imperiosa necesidad de acelerar el rol estratégico de la gestión de talento humano. No hay más prórrogas, o los directorios están co-creando estrategias del negocio con ejecutivos del área de talento humano o se sientan a mirar cómo sus competidores absorben mejor los beneficios de un mundo de abundancia informativa.
