¿Evaluación del desempeño? Sí, pero con ciclos de conversaciones o diálogos en desarrollo, se vuelve un imperativo que comulga con la dinámica del multiverso empresarial. El feedback es una herramienta potencial para el desarrollo corporativo.
El cambio vertiginoso alentado por la tecnología ha impuesto determinadas dinámicas que significan un reto a la hora de equilibrar la brecha cultural existente entre la generación del papel y la de formato on-line. A la par, la comprensión de esta realidad, sumado a la certeza de que cada colaborador es un universo, conduce a replantear los modos tradicionales de evaluación.
¿Qué es el feedback?
El feedback —retroalimentación— es el retorno efectivo de una conversación o diálogo entre dos interlocutores que han llegado a comprenderse; es decir, a comunicarse de modo horizontal —la verticalidad responde en exclusiva a actos informativos—.
La retroalimentación es el resultado del acompañamiento, asesoramiento, escucha activa y de la empatía que los líderes ofrecen a la gestión grupal o individual al interior de la empresa: sea para alentar procesos de enseñanza-aprendizaje, resolución de conflictos, prácticas de colaboración y ensamble, trabajo en equipo, resistencia al cambio o mejoramiento del clima laboral.
¿Qué resultados promete?
Asegurar la continuidad de los procesos significa afianzar el futuro; basta con analizar los costos empresariales en materia de recursos de tiempo, esfuerzo y dinero que significan las desvinculaciones. Si el capital en riesgo son los conocimientos y la experiencia lo mejor es garantizar la continuidad y el engagement a través de diálogos constructivos que garantizan el incremento del capital intelectual.
Entre los beneficios de la retroalimentación se pueden encontrar: la creación de espacios propositivos de diálogo intergeneracional que alientan el aprendizaje mutuo a través de la transferencia de conocimientos; la certeza del interés corporativo frente al desempeño grupal o individual; la reorientación de procesos o redefinición de metas; la valoración del trabajo a partir de un conocimiento más profundo de los universos organizacionales; el incremento en los niveles de empatía, motivación y liderazgo y el fortalecimiento del tejido social empresarial.
¿Cómo hacer de la retroalimentación una herramienta efectiva?
El escenario ideal para lograr la retroalimentación al mensaje es una conversación de ida y vuelta alentada por la confianza que debe inspirar un liderazgo participativo. Sin embargo, para garantizar el potencial de su efectividad es importante que el diálogo se propicie en el momento oportuno.
En casos individuales, por ejemplo, la conversación debe ser inmediata al hecho que lo motive: no augurando futuros, ni tampoco evocando pasados pues, en este último caso, poco o nada se aportaría a la reflexión y crecimiento del protagonista. La efectividad de la retroalimentación se produce sobre hechos, en el momento exacto y sin juicios de valor.
En el caso grupal la retroalimentación efectiva proviene de los espacios que los niveles directivos hayan dedicado a los puntos de vista y aporte constante de quienes forman parte de la empresa. Este ejercicio no es un campo solo para la discrepancia, se constituye en un escenario de propuestas orientadas al mejoramiento continuo y multidireccional del quehacer organizacional: seguimiento de actividades, alcance de resultados realizables, logro de objetivos, etcétera.
Claves para lograr un buen nivel de retroalimentación
Es importante asumir la comunicación como una estrategia clave para el desarrollo del mundo organizacional y, como parte de ella, a la escucha efectiva cuya consecuencia natural es la retroalimentación. A su vez, también es importante que la mirada empresarial ratifique a la organización como un engranaje multidisciplinar cuyo funcionamiento efectivo depende de la actividad que cada uno de sus miembros realice en servicio del otro; así funciona.
Para graficar esta figura, la comunicación, cuyo indicador de eficacia es la retroalimentación, sería «el lubricante» perfecto para permitir y facilitar ese funcionamiento. Es importante reconocer que la mayor efectividad de la comunicación, visibilizada a través de la retroalimentación, se logra en empresas que logran integrar estos procesos a la cultura organizacional.
La retroalimentación en resultados
Cuando una organización adopta acciones corporativas que promueven prácticas laborales integradoras; cuando alienta la transferencia de conocimientos como una herramienta de crecimiento personal y organizacional a través de la integración de teorías y prácticas; cuando esos procesos son instrumentados y documentados; cuando el clima laboral es uno de los más indicadores más relevantes, podría asegurarse de que la retroalimentación ya ese parte del ADN empresarial.
Como resultado se incrementa el capital intelectual y eso permite crear un campo de acción amplio para la generación de valor económico y social.
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