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5 errores fatales en una sesión de coaching

Foto del escritor: Editor Blog BCSEditor Blog BCS


Dos años atrás estaba en medio de un congreso de talento humano, fui al bar por un café y me encontré con una antigua colega de la universidad. Ella estaba a cargo de la dirección de desarrollo organizacional de una empresa multinacional. Cuando me tocó el turno de comentar mi situación actual, su respuesta posterior fue: «El último coach que tuve me dio tantos consejos, que terminó por aburrirme». Tomé mi café y regresé a mi puesto pensando: ¿Qué tenemos que evitar para que el coaching se convierta en todo y en nada?


Esa pregunta ha rondado nuestras salas de entrenamiento durante años y ha servido de catalizador para delinear estrategias que permitan ofrecer coaching profesional al mercado corporativo. Claro, el relato de mi colega no hacía referencia realmente a un coach como lo entendemos en Business Coaching School. ¿Qué podemos hacer para evitar esta confusión? Hay muchas tareas pendientes, pero una de ellas es evitar cualquiera de estos errores clásicos dentro de una sesión de coaching profesional.


Juzgar

Nuestras creencias configuran nuestro modelo de mundo y en una sesión de coaching es obvio que nuestro «Yo» nos acompaña con nuestra interpretación particular de la realidad. Un coach profesional evita los juicios de valor, es decir, disminuye al máximo la carga interpretativa de los hechos y se centra en la interpretación que tenga el coachee.


No ser empático con el coachee

De inicio debo decir que, sin empatía no existe proceso de coaching posible. La capacidad de acercarnos al mundo del otro nos permite establecer un ambiente propicio para la creatividad.


Aconsejar

Justamente, este es el aspecto que despertó la queja de mi excolega. El coach no aconseja, el coach no sugiere, el coach no supervisa, el coach no hace terapia. Mientras no logremos separar el coaching de otras disciplinas seguiremos generando confusión entre nuestros clientes actuales y futuros.



Preguntar: ¿Por qué?

La pregunta ¿Por qué?, puede llevar a una justificación o argumentación de las razones de tal o cual decisión. Eso, puede provocar un «estancamiento» de la sesión. El coaching siempre apunta al logro de metas y cualquier obstáculo que se presente puede dificultar esa ruta. Ahora, ¿Por qué?, no es una pregunta prohibida, se puede hacer sin que sirva de enlace a una justificación que no aporta al desarrollo.


Hacerse responsable de lo que le corresponde al coachee

Es uno de los errores más frecuentes. El coaching se funda sobre la responsabilidad individual. Si el coach decide hacer algo que tendría que hacer el coachee, simplemente no está haciendo coaching, pasó al papel de asesor o algo parecido. Este es uno de los aspectos que más trabajo les suele costar a los alumnos porque muchas veces se carga con responsabilidades del coachee de formas que no son tan evidentes.


No concentrarse en el aquí y el ahora

El coaching actúa en el ahora, si el coach permite que el diálogo, metas y proceso se estanquen en el pasado o que se sitúen en aspectos que no están en control del coachee, la sesión terminará en una buena conversación, pero sin resultados.


¿Tienes otros errores que consideres frecuentes?




 
 
 

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